Una amenaza de bomba en un juzgado de la calle Lavalle demoró las audiencias y sorprendió a los dueños del bar de la esquina de Libertad.
¿Qué pasa cuando la gente, que supuestamente debe huir del lugar, prefiere esperar en el bar lindero tomando un café?
Mientras que Defensa Civil, Bomberos y Policía registraban el edificio, tanto la gente que tenía audiencias como quienes trabajaban allí, se vieron obligados a salir y esperar aproximadamente dos horas a que se resolviera el inconveniente.
El bar de la esquina se vio superpoblado. Nadie hubiera imaginado que una mañana como cualquier otra hubiera tanto trabajo.
Dos empleadas del juzgado conversaban sobre su fin de semana “él sabe que estoy atrás pero no hace nada”; una señora, desesperaba por la demora mientras su hija leía el diario con completa tranquilidad; y los mozos corrían de una mesa a la otra procurando recordar todos los pedidos.
Afortunadamente, sólo fue una amenaza y las actividades volvieron a la normalidad después del tiempo previsto.
¿Qué pasa cuando la gente, que supuestamente debe huir del lugar, prefiere esperar en el bar lindero tomando un café?
Mientras que Defensa Civil, Bomberos y Policía registraban el edificio, tanto la gente que tenía audiencias como quienes trabajaban allí, se vieron obligados a salir y esperar aproximadamente dos horas a que se resolviera el inconveniente.
El bar de la esquina se vio superpoblado. Nadie hubiera imaginado que una mañana como cualquier otra hubiera tanto trabajo.
Dos empleadas del juzgado conversaban sobre su fin de semana “él sabe que estoy atrás pero no hace nada”; una señora, desesperaba por la demora mientras su hija leía el diario con completa tranquilidad; y los mozos corrían de una mesa a la otra procurando recordar todos los pedidos.
Afortunadamente, sólo fue una amenaza y las actividades volvieron a la normalidad después del tiempo previsto.