Todos alguna vez fuimos grandes para lo que nos "convenía" (léase comprar alcohol, salir a bailar, fumar, volver de madrugada, incursionar en las drogas, etc.) Pero tarde o temprano, no nos quedó otra que empezar a crecer "de verdad", internamente, en actitudes y "de cabeza".
Puede ser que esta no sea una sensación demasiado agradable ya que implica mayores responsabilidades y otro tipo de conductas, pero nos guste o no, sucede.
Es interesante darse cuenta que al momento de la transición, los cambios son tan fuertes como útiles, aunque a veces un tanto bruscos. Crecer, es uno de los fines de esta vida.
Que implica cambios, todos lo sabemos. Sin embargo, son cosas que hay que aceptar, son inevitables y, quizás, poco placenteras, pero nada podemos hacer en su contra.
Aprendamos a ser felices con nosotros mismos y no perdamos el tiempo renegando.
PD: No me comí a Osho ni a Bucay.